Los alicantinos que se presentaron con un equipo plagado de extranjeros, dejan la eliminatoria sentenciada
En partido de ida de las semifinales de la fase de ascenso a 1ª territorial, el RC Alzira recibía este sábado en su feudo de la Ciudad Deportiva «Jorge Martíenez Aspar, al equipo de La Vila «B».
Como ya se temía, el conjunto de La Vila Joiosa se mostró muy superior al Alzira que recibió un serio correctivo por parte del equipo alicantino, 5 a 33, lo que deja la eliminatoria prácticamente sentenciada.
Los alicantinos se presentaron con un equipo plagado de extranjeros, algunos de los cuales juegan habitualmente en División de Honor con el primer equipo de La Vila. Por contra, el Alzira afrontaba el encuentro más difícil de la temporada con numerosas bajas y ausencias, algunas de ellas significativas, sin que ello sirva de excusa para reconocer la superioridad de un rival de una gran entidad económica y por tanto deportiva.
Los alzireños salieron al ataque desde el principio para tratar de sorprender al rival, y les funcionó la estrategia porque en el minuto uno, lograban el primer y único ensayo, obra de Dani Vento; durante toda la primera parte, el Alzira jugó con un fuerte viento en contra lo que les dificultó el juego al pie, viéndose obligado a jugar siempre en su campo, defendiendo muy cerca de su zona de marca; la insistencia del rival culminó con un ensayo al borde del descanso y la transformación de un golpe de castigo posterior, dejaba un marcador adverso de 5 a 8 al final del primer tiempo.
Durante el segundo acto, La Vila le puso una marcha más al partido y el Alzira acusó el esfuerzo defensivo de la primera mitad; las diferencias entre ambos conjuntos se fueron agrandando y los ensayos vileros fueron cayendo de forma inexorablemente.
El árbitro sacó varias tarjetas amarillas a los jugadores alzireños, que se quejaron de la severidad de algunas de ellas, entendiendo que el arbitraje se decantaba por el equipo poderoso; acabaron el encuentro con dos jugadores menos, lo que allanó más todavía el camino a La Vila.
En conclusión, el equipo fue valiente, pero sin recursos técnicos y anímicos suficientes para plantar cara a un rival, que, como se temía, venía reforzado.